​​La mejor receta de mi vida

cocinero


Por querer pertenecer al grupo de muchachos populares comencé el consumo de marihuana a los 13 años, para aquel momento, el alcohol ya formaba parte de mi vida. En casa, aunque crecí con carencias, nunca me hizo falta nada y mi madre siempre me inculcaba valores para que al crecer me convirtiera en un hombre de bien, en respuesta, solía ser un buen muchacho hasta que los estragos del consumo aparecieron.

Mi rendimiento escolar empezó a bajar y los problemas por mi comportamiento aparecieron. Mi madre me cambió de colegio y en aquella institución aprendí muchos malos hábitos, ya que la disciplina no era su fuerte.

Con el tiempo el consumo ocasional se convirtió en regular y, en consecuencia, busqué otra substancia más fuerte, conociendo la cocaína. Mi madre verdaderamente estaba preocupada por mi comportamiento y las posibles consecuencias que representaría mi adicción, ya que, en más de una ocasión llegué a casa con objetos robados o extraía objetos de mi hogar con la finalidad de convertirlos en una dosis adicional. Me encerraba en mi habitación y duraba días perdido.

A pesar de las súplicas de mi madre, no dejaba el consumo y no hacía caso a sus recomendaciones. Hasta que un día decidí dejar de drogarme y me enlisté en el ejército, desafortunadamente tuve un accidente y tuve que salir de sus filas. Asimismo, por no haber atacado el problema de raíz la recaída fue inminente y profunda porque probé el bazuco.

Al regresar del ejército tuve la oportunidad de terminar el bachillerato. Empecé a validar, e incluso, tenía las mejores notas del instituto, desafortunadamente llegaba bajo el influjo de sustancias y eso me traía muchas dificultades. Logré graduarme en 2013 con honores, sin embargo, el problema de la adicción crecía cada vez más.

En aquel entonces vivía en casa de mi abuela y, a pesar de que por mucho tiempo le traté de ocultar mi consumo, llegó el momento en que lo hacía donde fuera sin importar las reglas. Esta situación fue inadmisible para mi familia y me enviaron a una clínica de rehabilitación por 9 meses. Por muchas situaciones que ahí experimenté, al salir me sentía muy enojado, con miedo y sin haber comprendido la magnitud del problema.

Después de esto conseguí un empleo en un supermercado y duré casi un año sin consumir. Lamentablemente este tiempo fue consecuencia del temor que tenía de regresar a la clínica de rehabilitación y no por haber acabado con el problema de la adicción. Por lo que un día decidí tomarme una copa, a los pocos días fue la botella, en seguida vino de nuevo la marihuana y otra vez estaba de regreso la cocaína. En el trabajo se dieron cuenta y me vi obligado a renunciar.

Mi familia, en un intento desesperado por ayudarme, decidió apoyarme para que hiciera algo que me motivara a salir de todo este ambiente. Entre mis opciones, elegí entrar a la universidad para estudiar gastronomía, comencé muy bien y tuve la oportunidad de comercializar lo que cocinaba y así llevar un poco de dinero a casa. Desafortunadamente la adicción me volvió a ganar, todo el ingreso que generaba lo destinaba al consumo y tuve que hacer una pausa en la universidad.

Así me iba apagando poco a poco hasta que hace un año, bajo los efectos del alcohol, tuve una gran pelea con mi abuela y le dije cosas de las cuales me arrepiento profundamente. Como consecuencia me corrió de su casa y fue cuando me di cuenta de que verdaderamente debía hacer algo que en verdad funcionara. Acudí con una de mis tías que ha sido como una segunda madre y ella fue quien me dio la opción y el apoyo para hacer el Programa de rehabilitación en drogas y alcohol de Narconon Colombia.

Llegué a Narconon con la firme intención de hacer un cambio en mi vida y terminar de manera definitiva con el problema de la adicción. Aunque debo admitir que cuando comencé con la Retirada Libre de Drogas, estaba un poco temeroso de cómo serían los procesos. No obstante, gracias a los cuidados del staff quienes no me dejaron de día ni de noche, pude pasar sin contratiempos las molestias de la abstinencia.

La siguiente etapa fue la Desintoxicación de la Nueva Vida, se trata de una combinación de ejercicio, sudado en sauna de calor seco y un régimen nutricional. Ese fue el paso del Programa que me hizo sentir que esto funcionaría, de pronto todo lo que me explicaba comenzó a tener sentido y fue cuando verdaderamente me puse en disposición para realizar todo lo que correspondía. Me di cuenta de cómo mi cuerpo se fue desintoxicando de los residuos de todas las substancias que por más de 15 años consumí. Como resultado, además de un cuerpo limpio, obtuve un pensamiento más claro, me sentí con toda la seguridad de que tendría todas las herramientas necesarias para ser un hombre próspero en la vida, tal y como mi familia me había educado desde pequeño.

El siguiente paso fueron Los Objetivos, se trata de una serie de ejercicios que ayudan a la persona a enfocar su atención en el entorno presente e inmediato. Las ganancias que tuve en esa etapa fueron asombrosas, aprendí a tener autocontrol, a ser más paciente, a comunicarme mejor y a manejar de una mejor manera mis emociones. En el pasado disfrutaba actuar por impulsividad y de que todos me tuvieran respeto por miedo, no obstante, me di cuenta de que eso no era correcto y de que era el momento de corregirlo para tener una mejor relación con quienes me rodean.

La última etapa fueron las Destrezas para la Vida, se trata de una serie de cursos que me ayudaron a analizar la causa del consumo, como prevenirla y a construir un plan para llevar una mejor calidad de vida. Durante esta etapa me di cuenta de todas las acciones que hice que dañaron a otras personas, al entorno y, lo más importante, a mí mismo. En este ejercicio tuve que confrontar muchas emociones, afortunadamente me di cuenta de que tengo en mis manos la oportunidad de resarcir el daño y de cambiar el futuro.

“Cuando terminé me sentí totalmente agradecido, puedo dar fe y testimonio de que el Programa en verdad funciona”.

Hoy no desperdicio el tiempo, comparto y disfruto grandes momentos con mi madre, quien siempre ha sido una guerrera de vida y me ha impulsado a que sea un hombre de bien. Mi relación con mis hermanos y con mi tía es mucho mejor, recuperé ese tipo de comunicación que yo creí que estaba totalmente perdida.

Hoy mis esfuerzos están encaminados a terminar la carrera como chef y, de esta forma, materializar mi gran sueño de ser el dueño de un restaurante.

No cabe duda de que el Programa de Narconon ha sido la mejor receta de mi vida.

L.D., Graduado de Narconon Colombia.


AUTOR

Eskharly Francid Smith V.

Secretaria de Diseminación - Soy Staff de Narconon hace 18 años.

NARCONON COLOMBIA

EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DE DROGAS