Hoy celebro 6 meses libre de drogas

Mujer feliz
(Foto de francescoch/iStockPhoto.com)
 

El consumo inició en el año 2002, estando en la universidad, me acuerdo que me encontré con un amigo del colegio y él me invito a salir. Decidimos tomarnos unas cervezas y en ese momento yo vi a mi amigo sacar un cigarrillo y lo empezó a fumar y empezó a salir un olor extraño. Lo empecé a ver un poco extrovertido.

En ese momento él me preguntó si quería probar, que era algo magnífico, que se sentía muy bien, que lo hiciera, que me pondría muy feliz y extrovertida, que no era feo, que me sentiría muy relajada y la verdad es que hacía poco había muerto mi padre y quise inmediatamente hacerlo para quitar tanta tristeza que tenía en mi corazón. Cuando tomé el cigarrillo empecé a inhalarlo por la boca varias veces, logrando el objetivo propuesto, de quitarme la tristeza. Llegó un momento donde veía todo muy borroso y, al cerrar los ojos, empecé a alucinar creyendo que él estaba conmigo y que me hablaba mucho. De repente quise consumir más, creía que lo veía por todos lados. Luego empecé a sentirme extrovertida y me reía de todo, sentía que hablaba mucho y que mi amigo me ponía mucha atención.

Pasó el tiempo y consumía cada vez que me veía con mi amigo, cada veinte o treinta días, los sábados, hasta llegar el momento de no querer más. Consumí marihuana durante un año seguido y me cansé porque ya no sentía gusto de hacerlo más, su olor me dio asco y ya no me agradaba.

Terminé la universidad bien, logrando lo propuesto para mi vida. Empecé a buscar trabajo en mi carrera de educadora. Comencé trabajando en un jardín. Me gustaba lo que hacía. Pasaron cuatro años y compré un colegio y allí conseguí una socia con la que trabajaríamos y sacaríamos el colegio adelante, así fue.

Con mi socia empezamos a tomar cada quince días y a celebrar el festejo del colegio pues ya era nuestro. Conocí a un amigo suyo y él nos acompañaba a tomar. Me di cuenta que yo le gustaba y la verdad es que sentía que cada día me enamoraba más. Pasaron tres años estando con él cuando una noche él se puso a bailar y muy extrovertido me dijo que si quería probar PERICO. Le pregunté qué eso y me contestó que era un polvo que se podía inhalar por la nariz. Estábamos en la casa de su prima y yo veía cómo los demás lo hacían y quise probar. Me gustó mucho porque parecía que se me quitaba supuestamente la borrachera; eso creía.

Empecé a tomar con ello y a consumir cada vez que nos veíamos. Parecía sentirme muy extrovertida y feliz. Olvidando las responsabilidades de mi casa, empecé a consumir PERICO y lo hice durante tres años y me gustaba mucho. Ya había creado una dependencia a esta sustancia, pues cada ocho días me iba al bar con una amiga y lo hacíamos hasta no querer más.

Empecé a darme cuenta que ya no podía respirar bien y las noches eran una tortura porque no podía dormir. Los cambios eran duros: el cuerpo se me ponía frio, con calambres y vómitos. La verdad fue algo muy feo, una sensación terrible. Una noche la persona que yo conocí en el colegio me invitó con un PIPASO y yo no sabía qué era pero, la verdad, me dio el humo con su boca, y empecé a sentir cosas diferentes. Me agradó la PIPA y quise consumir más.

Era una droga que me quitaba el temor, la angustia del momento pero lo único que lograba era dependencia, cada día más. Pasé un año completo consumiendo día y noche, logrando apartarme de mi familia, siendo irresponsable en mi trabajo, muchas veces llegando al trabajo sin dormir. Cada vez me sentía más atada a ese vicio.

Empecé a conocer gente de calle, jíbaros con los que me gustaba pasar, sobre todo con una mujer jíbara que me daba las bichas (drogas) y a veces me daban supuestamente la ñapa. Empecé a no llegar a mi casa, a pasar días sin comunicarme con ellos. Ya no me interesaba mi familia. Perdí mi autoestima, cada vez me veía más acabada, delgada y me veía con mala cara, logrando dependencia de esta sustancia.

Me convertí en una hija, esposa, madre, empleada irresponsable, ya no quería vivir más. Me sentía un fracaso completo, Una mañana, llegando a mi casa con los pies cansados, oliendo feo y muy triste, llamé a mi hija y le pedí ayuda, le dije que ya no quería más esa vida, que por favor me internara.

“Gracias porque sin la ayuda de ustedes no hubiese podido salir adelante. Lo más bello es que nunca me hicieron sentir como una persona enferma”

Ella inmediatamente reunió a la familia, pues mi hija ya sabía al sitio que me llevaría. Se comunicó inmediatamente con NARCONON, y allí agilizaron todo, hablaron con los terapeutas y se programó mi ingreso inmediato. En el momento que tomé la decisión, pensé que ya no quería más una vida así. Me sentía agobiada y mi autoestima era muy baja, me daban calambres, se me dormían las piernas, me sentía muy nerviosa e insegura, no podía conciliar el sueño, tenía muchas pesadillas y todo esto por el consumo.

Cuando llegó el momento ingresar a NARCONON, mi familia se sintió muy orgullosa de mi, sabiendo que lo quise hacer voluntariamente. Cuando entré lloraba mucho y me daba susto, pero al mismo tiempo con muchas ganas de hacer mi proceso bien, de entregar mi vida completamente a Dios, a NARCONON y mis queridos y recordados miembros del personal, los que me iban enseñando cada día a volver a creer en mí y a volver a hacer las cosas muy bien, con pasos firmes, recordando el dicho de unos de los miembros del personal … VAMOS CON TODA AL PASADO PISADO.

Cada día era una lucha con la que iba creyendo mucho más en mí, recuperando a mi familia, mi madre, mi esposo y mis hijas y, lo mejor, aprendiendo cada día más herramientas para mi progreso y mi propia recuperación. Ya me daba cuenta que tenía un más alto nivel de concentración, tenía más fuerza y creía más en mí, que iba progresando con cada fase del programa NARCONON. Sentía mucha alegría al ver mi progreso y la ayuda tan grande de todas las herramientas y fases que nos brindaba el programa.

Ahora me doy cuenta que dejar las drogas y el alcohol es la mejor decisión de la vida y contar con los profesionales que tiene NARCONON es una gran bendición. Gracias porque sin la ayuda de ustedes no hubiese podido salir adelante. Lo más bello es que nunca me hicieron sentir como una persona enferma y lo más grandioso es el tratamiento con vitaminas para complementar el cuerpo.

Todo el grupo de apoyo: terapeutas, psicólogo y trabajadora social, que hermosa FAMILIA NARCONON. Hoy estoy en casa nuevamente recordando cada día mis herramientas y recursos que me enseñaron para dar pasos firmes y sin tropiezos y llevando una vida tranquila, sin temores ni ataduras, pidiéndole a DIOS por cada día cursado y por todas las personas que existen con problemáticas de abuso de droga y alcohol que puedan darse cuenta que sí se puede dejar esto. Hoy cumplo, muy felizmente, seis meses libre de drogas, limpia, sin ninguna ansiedad en mi mente o en mi cuerpo.

Soy muy feliz de haber recuperado mi amor propio y mi familia, con ganas de luchar cada día más. No me cansaré de decirlo: mi salvación fue llegar a un lindo hogar, a una linda familia que te ayuda todo el tiempo y que creyeron en mí. GRACIAS NARCONON Y MIEMBROS DEL PERSONAL.

GRADUADA: J.T.M

AUTOR

Eskharly Francid Smith V.

Secretaria de Diseminación - Soy Staff de Narconon hace 18 años.

NARCONON COLOMBIA

EDUCACIÓN Y REHABILITACIÓN DE DROGAS